La articulación del tobillo

El tobillo es el complejo articular que une los huesos de la pierna (tibia y peroné) al astrágalo del pie. Y aunque funcionalmente se comporta como una única articulación, morfológicamente nuestro tobillo se compone de dos articulaciones: la tibio-peronea-astragalina y la subastragalina. Sobre la estructura ósea existe una cápsula fibrosa, un conjunto de ligamentos, músculos y tendones que contribuyen a la solidez de la articulación y hacen posible el movimiento de la misma.

Huesos del pie

El esqueleto del pie se divide en tres regiones: anterior o antepié (compuesta por las 14 falanges y los 5 metatarsianos), el mediopié o tarso anterior (compuesta por los huesos escafoides, cuboides y las 3 cuñas) y tarso posterior o retropié (compuesta por los huesos calcáneo y astrágalo). En total son 26 huesos los que componen cada uno de nuestros pies.

Tibia y peroné

La tibia y el peroné conforman el esqueleto de la pierna. La tibia se localiza en la parte medial y el peroné en la región lateral. Entre ambos huesos existe una membrana fibrosa denominada «membrana interósea» que aporta estabilidad a ambas articulaciones al formar una sindesmosis. La tibia por su parte articula con el fémur (formando parte del complejo articular de la rodilla) y con el astrágalo, en la articulación del tobillo.

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